lunes, 21 de marzo de 2011

La ropa que nos arropa. (La ropa interior es como la procesión, que va por dentro)

Hoy en día, la ropa interior es algo tan importante que la usa hasta el presidente del gobierno, aunque no dependa su suministro de su Ministro de Interior.
Y ya que hablamos de él, me han contado que un día nuestro presidente del gobierno entró en una zapatería y dijo: “Por favor, quiero ese par de zapatos que parecen cómodos” El zapatero le dijo a Zapatero: “Perdone Sr. presidente, este par no son como dos, son exactamente dos”.
Bueno el caso es que tengo un amigo que se llama Quini y que curiosamente es futbolista. A mi amigo siempre le ha fascinado la ropa, quiero decir la ropa interior, para ser más exactos, la ropa interior femenina. El tipo es todo un ligón y a sus ligues empieza a decirles: “Qué bien vistes” y acaba hablando de la ropa que llevan, de la más íntima. Otras veces les cuenta cómo va su equipo en la liga y al final termina hablando de otras ligas y otros ligueros.
A mí siempre, Quini, me ha dicho que si quieres ganarte a una chica, tienes que hacerte pasar por un experto en ropa interior y si encima lo haces con gracia y le sacas una sonrisa, la tienes en el bote.
Entonces empieza a entrarle a la chica con algunas de estas lindezas:
Que como tú no estás gorda, seguro que usas lencería fina.
Que si es lo mismo…  Sujeta el sostén, que… Sostén el sujeta.
Que si tú llevas tanga, yo tendría que usar tango, que es cómo meterse un baile por el culo.
Que si un trikini son tres piezas y un bikini son un par de piezas, las chicas que hacen topless, ¿Usarán Quini, que yo sí que soy una pieza? Por cierto, para el que no lo sepa, un par de piezas no son como dos, son exactamente dos.
Cuando no le funciona el método de hacerse el gracioso en prosa, pasa al plan B. El plan B, dice que es la buena poesía sobre ropa interior. Dice que tiene compuestos muchos pareados, tercetos y cuartetos, pero a mí sólo me ha recitado éste profundo poema:
“Si usas pijamas
eres una pija más,
si usas camisones
eres una pija de cojones…”
Un día me confesó que esta poesía le ha costado algún que otro bofetón.
En fin, que a mi amigo Quini le gusta tanto el fútbol y es tan fetichista que un día se hizo socio del Sporting de Braga y que es tan ligón que por ligar, liga hasta la mayonesa, con un par de huevos (que no son como dos huevos, son exactamente dos).

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